HERMENÉUTICA:
BASE DE LA FORMACIÓN HUMANISTA SEGÚN GADAMER
“La
hermenéutica filosófica es el arte del entendimiento, que consiste en reconocer
como principio supremo el dejar abierto el diálogo” (Aguilar, La
hermenéutica filosófica de Gadamer, 2004) , tal método debe
constituir el principio y fin de la formación educativa humanista. No es
posible entonces, pensar en la educación como un proceso ajeno a la
hermenéutica. Se busca retomar de Gadamer algunas de sus ideas para emplearlas
en la comprensión de la educación, desde un enfoque psicopedagógico.
A
Hans Georg Gadamer se le ha considerado el padre de la hermenéutica filosófica
contemporánea, bajo esta metodología “se propuso desarrollar una nueva teoría
de la experiencia hermenéutica en toda su extensión, recogiendo los hallazgos
de Schleiermacher y otros pensadores como Wilhelm Dilthey y Martin Heidegger” (Aguilar, La
hermenéutica filosófica de Gadamer, 2004) ; parece relevante
aventurar que su nueva concepción de la hermenéutica toma forma en la
fenomenología y el existencialismo. La peculiaridad de la hermenéutica
filosófica que él se esforzó en desarrollar se basa en el hecho de poner de
realce el perfil esencialmente inestable de la existencia, “algo que constituye
el carácter específico y finito del ser humano y abarca la totalidad de la
experiencia humana” (Aguilar, La hermenéutica
filosófica de Gadamer, 2004) . Hablar de la
inestabilidad de la existencia del ser humano implica reconocer que cada uno se
encuentra sometido a través de la experiencia, a pasar por una serie de
transformaciones, lo que ocasiona que todo conocimiento que se pretenda tener
del hombre, no puede lograrse si a éste se le trata de comprender desde el
mismo enfoque que se comprenden los fenómenos de la naturaleza. El hombre no
puede lograr una comprensión absoluta de sí mismo ni de los demás porque no es
producto terminado.
Lo
que Gadamer pretende es integrar el progreso de la ciencia y el del pensamiento
en una concepción unitaria de la experiencia del mundo, ambos elementos deben
desarrollarse y comprenderse a través de un lenguaje común y de considerar el
carácter finito del hombre; el primero porque el lenguaje como dice Heidegger,
“es la casa del ser” y el segundo, por considerar que la vida humana tiene la
garantía de que va a terminarse. Ahora bien, para lograr tal comprensión debe
comenzarse por reconocer que todo lo que se dice en una conversación no es lo
decisivo; “Lo que hace que lo dicho se convierta en palabra es lo no dicho que
en lo dicho podemos captar” (Aguilar, La hermenéutica
filosófica de Gadamer, 2004) . El lenguaje es
entonces, el medio a través del cual el hombre puede descifrarse ante los demás
valiéndose de la palabra, hasta ser capaz de resonar en el otro, comprender al
otro; “el sujeto está en relación consigo mismo, se auto posee, no de manera
estática sino a través de un continuo
proceso de relación con el otro y con su mundo” (Aguilar, La
hermenéutica filosófica de Gadamer, 2004) . El hombre requiere
mucho más que la técnica y el conocimiento científico para lograr la
comprensión del mundo y de sí mismo, requiere también del concepto, éste puede
ser el camino para salir de nosotros y para dejar que el otro se abra camino
hacia nosotros.
Cuando
se habla del mundo, no puede dejar de pensarse en un mundo tecnificado,
invadido por la informática, dominado por los medios masivos de comunicación,
un mundo en el que paulatinamente se ha ido perdiendo la cultura de la
comunicación y lo ha transformado en un mundo impregnado de egoísmo y carente
de diálogo; “Para contrarrestar esta tendencia Gadamer considera necesario
cultivar el lenguaje en sus posibilidades más propias, encontrar la palabra
precisa pero también el silencio elocuente” (Aguilar, La hermenéutica
filosófica de Gadamer, 2004) ; tal objetivo
requiere reestablecer el diálogo. “El hombre es como una palabra a medias, un
balbuceo que sólo se completa y se vuelve inteligible con el otro y por el
otro” (Aguilar, La hermenéutica
filosófica de Gadamer, 2004) .
Si
se considera el valor que Gadamer le da al lenguaje y al diálogo, se comprende
que una educación por su naturaleza humana, debe estar basada en esto, ya que
“al conversar, el ser humano trasciende su límite, se hace diálogo, se vuelve
capaz de esperar, comprender más, comunicar más” (Aguilar, La
hermenéutica filosófica de Gadamer, 2004) . Todo docente debe
preocuparse en implementar estrategias que favorezcan el diálogo entre él y sus
alumnos y entre ellos mismos, tener presente que educar-se es formar-se y
requiere de una actitud positiva, convencida, confiada en la capacidad del ser
humano para conducirse hacia donde pueda desarrollar todas sus facultades. “Lo
que hay que recordar es lo humano y los riesgos que se corren al deshumanizar” (Aguilar, La
hermenéutica filosófica de Gadamer, 2004) ; si continuamos
viviendo por y para la técnica pronto tendremos un mundo más lleno de
desarrollo tecnológico, pero carente de desarrollo humano.
“Educar-se,
como verbo reflexivo, tiene un sentido normativo; el sujeto debe potenciar sus
fuerzas allí donde uno percibe sus puntos débiles y no dejarlos en manos
ajenas” (Aguilar, Conversar para aprender.
Gadamer y la educación, 2004) , tal postura permite
comprender que la educación en realidad debe ser un proceso de autoformación,
donde cada individuo encuentre la fuerza que le impulse a seguir su desarrollo
sin tener que depender de los demás, eso sí, con los demás ha de encontrar
aquello que le falta y mediante la conversación, aprehenderlo. Como afirma
Gadamer, “la convivencia es lo que nos eleva por encima del mundo animal,
justamente por medio del lenguaje y como capacidad de comunicación” (Aguilar,
Conversar para aprender. Gadamer y la educación, 2004) .
El
planteamiento central de Gadamer puede ser comprendido en varios sentidos, que
son como niveles de profundidad; 1) “Uno se educa a sí mismo porque, sobre
todo, el aprendizaje depende de cada cual” (Aguilar, Conversar para aprender.
Gadamer y la educación, 2004) , esta tesis le
concede al aprendiente la responsabilidad de su aprendizaje; éste tendrá que
encontrase deseoso de saber, necesitado de superarse, dispuesto a formarse. 2) “Uno
se educa junto con otros porque somos seres en conversación, en relación con
otros” (Aguilar, Conversar para aprender.
Gadamer y la educación, 2004) , esta segunda tesis
concede a la educación su carácter social ya que es en la comunidad donde
interactuamos e intercambiamos experiencias con los otros. 3) “Uno se educa al
educar no tanto por lo que logra en los otros sino por lo que a uno le ocurre
en el encuentro y la comunicación con ellos” (Aguilar, Conversar para aprender.
Gadamer y la educación, 2004) ; en esta tercera
tesis Gadamer otorga al docente la categoría de aprendiz en el proceso
educativo, tal es la riqueza de la conversación que los que “educan” no pueden
pasar por esto sin ser tocados por la palabra de los educandos. Al compartir el
mismo lenguaje, lo volvemos un medio común y así lo transformamos en la casa
del ser humano.
Uno
de los términos empleados por Gadamer es el de formación (Bildung); este
término se asocia a las ideas de enseñanza, aprendizaje y competencia personal,
aunque también significa la cultura que una persona posee. “Se refiere tanto al
proceso por el que se adquiere la cultura como al patrimonio personal del
hombre culto” (Aguilar, Conversar para aprender.
Gadamer y la educación, 2004) . Se trata de una
actitud espiritual que procede del conocimiento y el sentimiento de toda la
vida espiritual y ética, que interactúa armoniosamente entre la sensibilidad y
el carácter. Por lo tanto, la formación no puede ser un verdadero objetivo.
Sólo puede ser buscada en el acto reflexivo del educador. Por eso la formación
va más allá del mero cultivo de capacidades previas. Cuando el educador cultiva
una disposición intenta desarrollar algo que le ha sido dado, no podría ser de
otra manera, ya que la formación es un acto voluntario. Además, lo incorporado
a la formación no es sólo un medio que luego pierde su función, ya que en la
formación todo se guarda. Por eso, cada elemento que se incorpora a la
formación debe ser cuidado plenamente y comunicado de la mejor manera: con las
palabras, los silencios y los momentos adecuados. “La esencia general de la
formación humana es convertirse en un ser espiritual general”, (Aguilar,
Conversar para aprender. Gadamer y la educación, 2004) , esta transformación
debe abarcar lo teórico y lo práctico..
“El
movimiento básico del espíritu consiste en reconocer en lo extraño lo propio y
hacerlo familiar, es el retorno a sí
mismo a partir de ser otro” (Aguilar, Conversar para aprender.
Gadamer y la educación, 2004) , si se tomara este
principio como la base del aprendizaje, los docentes tendrían que procurar el
trabajo en comunidad, a través del diálogo, planteando situaciones que
provocaran la conversación, aun sabiendo que la falibilidad estará presente,
porque es condición humana. Es necesario tener presente que todo aprendizaje se
ha adquirido en la interacción con los otros, procurando entenderse con los
otros. Por eso la conversación es fundamental para acortar distancias y superar
los desacuerdos con los otros. Ningún espacio puede ni debe estar libre de
convivencia.
“El
humanismo de Gadamer invita a aprender a escuchar, en uno u otro camino, a
luchar siempre contra el ensimismamiento y eliminar el egoísmo y el afán de imposición de todo impulso
intelectual” (Aguilar, Conversar para aprender.
Gadamer y la educación, 2004) .; esto es lo que
representa la verdadera tarea de la educación, y la hermenéutica filosófica se
torna un camino de experiencia, ya que comprender y entender, es comprenderse y
entenderse en el mundo; y esto de entenderse en el mundo implica entendernos
unos con otros. Así como nosotros establecemos ciertos límites, los otros
también lo hacen y debemos aprender a romper esas barreras que levanta el
egocentrismo y respetar las necesidades y espacios de los otros, que son
nuestros propios espacios comunes. Comprender es un problema moral de alcance
universal. Todo esto requiere del diálogo, de la palabra; “y la palabra empieza
a ser palabra viva cuando es respuesta concreta a alguien concreto” (Aguilar,
Conversar para aprender. Gadamer y la educación, 2004) , por consiguiente,
el objetivo de la educación es ser con los otros a través del diálogo y la
comprensión, habitando la misma morada que es el lenguaje.
Es
de insistir que el lenguaje posibilita al ser humano de juicio, iniciativa,
poder, experimentar, acercarse, convivir, conversar, estas capacidades están
asociadas a la conciencia; “mediante ellas el hombre y la mujer pueden
educarse, formarse y sobrevivir indemnes a la tecnología y al ser de la
máquina” (Aguilar, Conversar para aprender.
Gadamer y la educación, 2004) . Esto implica que quienes ejercen la
importante labor de educar-se tengan en cuenta que el diálogo es el modo
efectivo del lenguaje, y que este sólo existe y se realiza plenamente en la
conversación.
Nuestra
educación requiere entonces aprender a hablar, el uso correcto y adecuado de
las palabras permitirá al estudiante aprender a comunicar-se, en la medida en
que se comunique identificará sus propias limitaciones y podrá vincularse con
los demás, esto le exigirá aprender a dialogar y usar el diálogo para
autoconstruirse; tengamos en cuenta que el aprendizaje es personal, pero la
experiencia educativa es eminentemente social, y en este complejo social deben
estar involucrados los padres y la escuela, quienes constituyen los otros para
los educandos. Todos debemos aprender a respetar el punto de vista de los demás
conversando hasta llegar a ponernos de acuerdo. Si logramos una educación con
estas cualidades, podemos hacer frente a la vida dominada por la técnica dando
paso al espíritu y por ende, al desarrollo humano.
Referencias:
Aguilar, L. A. (2004). Conversar para aprender.
Gadamer y la educación. Sintetics 23, 11-18.
Aguilar, L. A. (2004). La hermenéutica filosófica de
Gadamer. Sinectics 24, 61-64.
Ríos Acevedo, C. I. (2008). Un acercamiento al
concepto de formación de Gadamer. Educación y Pedagogía, 13-35.
Vilanou, C. (2002). Formación, cultura y hermenéutica:
de Hegel a Gadamer. Revista de educación. 328, 205-223.
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