martes, 12 de octubre de 2010

ENSAYO: ¿CUAL ES TU PAPEL?

 
¿CUÁL ES TU PAPEL?
  Teresa Tejeda Camacho

            Este trabajo tiene la finalidad de propiciar la reflexión sobre la importancia de participar  conscientemente en el proceso Aprendizaje-Enseñanza, buscando comprometer a los estudiantes y maestros de tomar parte activa en el desarrollo de este proceso.  Se considerará  esto desde un enfoque educativo que permita evidenciar la condición actual de la educación y el papel que en ella juegan los participantes,  concluyendo con una propuesta donde el rol de estos se modifique y pueda  acoplarse a un nuevo modelo que transforme la escuela y la visión de los educandos en su paso por ella.


            Por muchos años se han hecho investigaciones en educación que se traducen en propuestas cuya búsqueda es el logro de mejores resultados en los estudiantes. Sin embargo la educación actual sigue llena de buenas intenciones y malos resultados. A lo largo de la historia educativa se han buscado mecanismos que permitan un aprendizaje que sea sólido, útil para la vida, capaz de trascender los muros de las escuelas. Han surgido teorías que explican la génesis del conocimiento, el desarrollo intelectual y propuestas innumerables sobre el  aprendizaje y la forma en que este se adquiere. Aspectos que décadas atrás no se consideraban en el proceso de Aprendizaje-Enseñanza han empezado a cobrar importancia y algunos otros que habían quedado en desuso han sido recuperados para darle un nuevo sentido a la educación. Los modelos modernos han dejado de considerar al alumno como un sujeto al que se le debe enseñar y lo han transformado en un sujeto que debe aprender a aprender (Johnson, 2003). La revolución educativa ha influido de muchas maneras y sin embargo, aún podemos darnos cuenta que seguimos formando alumnos que en muchas ocasiones no cuentan siquiera con las  habilidades  básicas  para     pensar  correctamente y tomar decisiones simples o complejas (De Sánchez, 1998), ni mucho menos para aprender a desarrollarse o insertarse más apropiadamente en la vida. Sin lugar a dudas, la educación sigue esperando a ser aprovechada y manejada de la mejor manera por todos lo que en ella participamos.

            Aún a la luz de los nuevos enfoques educativos la actividad de los participantes parece seguir siendo la misma. Los estudiantes continúan haciendo lo básico, como asistir a la escuela y dejarse enseñar, mostrando cada día menor interés y alejándose más de su realidad social. Y los maestros siguen manteniendo su status de poder al ser quienes administran los saberes y deciden hasta donde se debe llegar en los conocimiento, en lugar de dar paso a la construcción cotidiana de los mismos. Cualquier modelo educativo que se desee implementar es capaz de dar buenos resultados, sólo tiene que desarrollarse apropiadamente. Pero en un modelo moderno, ricamente sustentado por la investigación y la teoría, los alumnos deben participar más activa, comprometida e integralmente de su aprendizaje, provocando que el maestro les brinde la oportunidad de comprometerse y participar activamente no solo en el desarrollo de una clase, sino en la construcción misma de los conocimientos que se adquieren cuando se rebasan los límites del aula. Es decir, que juntos, alumnos y maestros, deben crear los momentos adecuados para los aprendizajes que favorezcan el desarrollo personal integral; definiendo con precisión cada acto que deba realizarse, proponiendo e impulsando situaciones para que la riqueza del conocimiento se haga presente, aumente y tome sentido pleno. Por lo tanto, los maestros no pueden seguir ejerciendo el poder sobre los conocimientos ni los alumnos seguir siendo ajenos a su realidad, meros espectadores de la enseñanza; ambos deben poner manos a la obra y desarrollar una nueva visión.

            En la tendencia educativa actual, donde se impulsan los actos que transforman cada  sesión de trabajo académico e incluso fuera del espacio escolar, la educación debe mantenerse y fluir. El salón de clases debe ser el lugar donde se generen e impulsen las acciones que provoquen en los alumnos el compromiso sobre su propio aprendizaje, orientándolo a través de la reflexión, hurgando  en las experiencias vividas, escolares o no  cada aprendizaje obtenido, llevándoles a descubrir las ventajas de cada una cuando se manejan apropiadamente así como  las consecuencias al no hacerlas bien, sólo así se puede enriquecer el conocimiento y solidificarlo. Respecto a esto,  (Carretero, 2009) sostiene que “la investigación que se ha realizado en las últimas décadas muestra que, de hecho, los alumnos, incluso durante la adolescencia y la vida adulta, tienen representaciones más bien anecdóticas y personalistas de numerosos conceptos sociales e históricos”.  También deben crearse o recrearse situaciones donde se dé paso a la decisión, siempre fundamentada; haciendo conciencia de los pasos que se siguen cuando se decide. Al mismo tiempo, se tienen que trabajar en la estructuración del pensamiento y en el desarrollo de las habilidades necesarias para pensar de manera consciente y efectiva. Sólo es posible traducir las experiencias en aprendizaje cuando deliberadamente se realiza y reflexiona sobre ellas (De Sánchez, 1998).



            Puede afirmarse entonces que la participación activa de los estudiantes en su propio proceso de aprendizaje va desarrollando en ellos el compromiso que se requiere para que su formación sea más completa, sólida  y significativa. Por lo tanto, bajo esta  perspectiva, son los maestros quienes tienen que aprender a abrir los caminos necesarios para que  los alumnos gesten el compromiso personal con el aprendizaje, mostrándose abiertos a transformar en algo valioso  cada experiencia  por pequeña que esta sea. Cada quien  debe tomar muy en serio el papel que le corresponde en este proceso; sólo así se puede lograr el crecimiento   y la trascendencia.







Referencias


Andrew, Johnson. (2003). Desarrollo de  las habilidades de pensamiento. Buenos Aires,       Argentina: Troquel.
      
Carretero, Mario. (2009). Constructivismo y educación.  Buenos Aires,  Argentina:        Paidós.

De Sánchez, Margarita. (1998). Aprende a pensar. México: Trillas.

De Sánchez, Margarita (1998). Desarrollo de Habilidades del pensamiento. Manual del          instructor. México: Trillas.


Espíndola, José Luis.(1999). Análisis de Problemas y Toma de Decisiones.  México:   Pearson.

Espíndola, José Luis. (1998). Fundamentos de la Cognición. México: Pearson

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